El Madrid ha tocado fondo. Su único objetivo deportivo de aquí hasta final de temporada es asegurar la plaza de Champions, por lo que la actividad principal se trasladará a los despachos. El fin de ciclo es evidente. Con el fracaso consumado, llega la hora de las conclusiones. La primera es evidente: Solari no seguirá en el banquillo la próxima temporada. Más allá de eso, de momento en el club no son partidarios de una revolución total (creen que en esta plantilla hay muchos jugadores aún muy válidos), pero sí piensan que hace falta una revolución parcial. Y en esa transformación, hay varios señalados.
Quien más tocado queda en esta debacle es Bale. En el club se han cansado de su actitud y sus desplantes: está sentenciado. A diferencia de otras temporadas, en las que no se escuchaban ofertas por él, ahora sí que se hará. Este proyecto se inició con él como bandera y no sólo no ha liderado al equipo, sino que ha terminado por perder su puesto en el once y ha mostrado actitud muy alejada de la que debería tener un líder.
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