miércoles, 6 de marzo de 2019

FLORENTINO, TRÁETE AYER A MOURINHO


De no haberse producido aún, la llamada de Florentino Pérez a José Mourinho llega doce horas tarde. La experiencia de Julen Lopetegui, forzada por el adiós inesperado de Zinedine Zidane, y la posterior de Santiago Solari, provocada por la marcha anticipada de Julen, corrobora lo que muchos sabíamos hace tiempo: en el Real Madrid, los experimentos con gaseosa. Aquí no valen proyectos de jugadores ni tampoco sirven técnicos en formación, al mejor club deportivo del mundo se llega formado y proyectado. Lo primero que tiene que hacer el Real Madrid es definir un estilo y, después, traer al hombre que lo ejecute. En realidad no es tan complicado elegir a un técnico puesto que, ahora mismo, yo sólo veo tres que puedan hacerse cargo de la nave: el citado Mourinho, Klopp y Pochettino; el alemán jugaría más al ataque, el argentino de un modo más ordenado y con Mou el equipo sería sobre todo competitivo y, dependiendo de los futbolistas que vinieran, más o menos vistoso. La ventaja de Mourinho es que está libre y esperando una llamada del Madrid. Tráetelo, presidente, tráetelo; para mañana es tarde. Mourinho conoce el fútbol español, tiene cuatro meses por delante para diseñar un proyecto nuevo a su imagen y semejanza y dar altas y bajas de jugadores y, por si fuera poco, vendría libre. Tanto Klopp como Pochettino tienen contratos con sus respectivos clubes y sería más complicado y más costoso. Además, y según confesó el otro día, tiene más ganas que nunca de entrenar y reivindicarse, está con el orgullo herido y ha aprendido la lección de la vez anterior. Del desastre de una noche negra sólo se puede extraer una conclusión positiva: hay tiempo para trabajar, el que tiene el mejor entrenador del mundo, José Mourinho.

EL FIN DE UN CICLO


El Madrid ha tocado fondo. Su único objetivo deportivo de aquí hasta final de temporada es asegurar la plaza de Champions, por lo que la actividad principal se trasladará a los despachos. El fin de ciclo es evidente. Con el fracaso consumado, llega la hora de las conclusiones. La primera es evidente: Solari no seguirá en el banquillo la próxima temporada. Más allá de eso, de momento en el club no son partidarios de una revolución total (creen que en esta plantilla hay muchos jugadores aún muy válidos), pero sí piensan que hace falta una revolución parcial. Y en esa transformación, hay varios señalados. Quien más tocado queda en esta debacle es Bale. En el club se han cansado de su actitud y sus desplantes: está sentenciado. A diferencia de otras temporadas, en las que no se escuchaban ofertas por él, ahora sí que se hará. Este proyecto se inició con él como bandera y no sólo no ha liderado al equipo, sino que ha terminado por perder su puesto en el once y ha mostrado actitud muy alejada de la que debería tener un líder.